La historia ha conocido tres Sócrates, cinco Platones, ocho Aristóteles, veinte Teodoros; pero pensad en cuántos no ha conocido. ¿Quién impide a mi palafrenero llamarse Pompeyo el Grande?
La gloria de los grandes hombres debe medirse siempre por los medios que han empleado para adquirirla.
No hay quien deje de contar las glorias del héroe muerto, salvo aquellos para quienes el recuerdo tiene un valor de oposición política.