Ni la ignorancia es falta de talento, ni la sabiduría es prueba de genio.
Todavía no se han levantado las barreras que digan al genio: «De aquí no pasarás».
El genio es el infinito arte de trabajar con paciencia.
El genio crea, el talento reproduce.
Ni aun el genio muy grande llegaría muy lejos si tuviera que sacarlo todo de su propio interior.
Todo se te perdonará, excepto que seas un genio.
Cuando más nos aproximamos a los grandes hombres, comprobamos mejor que son hombres.