El hombre honesto es siempre un principiante.
Una mujer honesta es un tesoro oculto que quien lo ha hallado, hará muy bien en no pregonarlo.
El hombre honesto hace su vida lo mejor que puede sin hacer caso del público.
El ser honesto es aburrirse gratis.
La falsa honestidad de los hipócritas es la que los hace encubrir las llagas enfermas.