El vientre o oye preceptos, pide, grita; pero no es acreedor molesto, con poco se le paga, con tal que les des lo que debes, no lo que puedes.
Mejor les fue a los muertos a espada, que a los muertos de hambre.
El hambre es mal consejero.
Trabajar con hambre no es conveniente.
Estómago hambriento no escucha razones.
El vientre vacío no escucha con agrado las palabras.
Ciudadanos: no es empresa fácil hacer escuchar a los estómagos cuando tienen oídos.