Es extraordinario hallar un sabio que no sea escéptico; ¡un hombre que conoce tan pocas cosas y que sabe el porqué, sabe tan poco de las mismas!
El hombre sabio, incluso cuando calla, dice más que el necio cuando habla.
No es sabio el que sabe muchas cosas, sino el que sabe cosas útiles.
Odio al sabio que no lo es para él mismo.
No creo en ningún sabio hasta que le he oído decir tres veces: Lo dudo, dos veces: No lo sé.
El más sabio es aquel que ni por lo más remoto piensa serlo.
Los más doctos no son los más sabios.