Señores míos: yo acostumbro comparar el entusiasmo con las ostras, que cuando no se comen bien bien frescas constituyen indudablemente un plato desagradable.
El entusiasmo logra en undía lo que la razón no consigue en mucho tiempo. J.
Un paso más allá del entusiamo y se cae en el fanatismo; otro paso más y se llega a la locura.
El entusiasmo es el ingenio de la sensibilidad; sin él, la verdad no está en condiciones de triunfar.
El puro entusiasmo es temido por las almas débiles, quienes no saben soportar su ardor y su peso.
El entusiasmo es un buen soldado, pero estúpido como un soldado; su valor depende de quien lo conduce.
Es más conveniente no esperar nada y hacer lo posible, que entusiasmarse y no hacer nada.