Muchos hombres no se equivocan jamás porque nunca se proponen nada razonable.
Más de uno se equivocó por miedo a equivocarse.
Un hombre no debe avergonzarse nunca de su equivocación, lo que, en otras palabras, quiere decir que es más sabio hoy que ayer.
Es tan difícil equivocarse consigo mismo como tener razón con los demás.
En cualquier caso de la vida no puede haber más que un acierto y puede haber muchas equivocaciones.
El que cree encontrar en sí mismo los medios para prescindir de los demás, se equivoca mucho; pero el que piensa que los demás
Casi todas nuestras equivocaciones provienen de que cuando debemos sentir, pensamos, y cuando debemos pensar, sentimos.