Lo que llamáis espíritu de los tiempos es en el fondo el propio espíritu de los grandes hombres en que los tiempos se reflejan.
La felicidad no consiste en las bendiciones externas, sino en la perfección interna y la riqueza del espíritu.
Lo que llamamos espíritu me parece mucho más material que lo que llamamos materia; a mi alma la siento más de bulto y más sensible que a mi cuerpo.