De un magistrado ignorante, es la toga lo que se saluda.
No hay que fiarse en las apariencias.
Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira.
Hay gentes que sólo se lavan cuando ven a los otros sucios.
Guárdate, mientras vivas, de juzgar a nadie por su apariencia.
Es un error creer que uno está rodeado de tontos, aunque sea verdad.
La mayoría de las personas son como alfileres: sus cabezas no son lo más importante.