Cada uno de nosotros tiene un día, más o menos triste, más o menos lejano, en que por fin debe aceptar que es un hombre.
A más de uno que dice que la vida es breve, le parece el día demasiado largo.
Hay días extraños, como si uno despertara después de haber dormido durante años.
Si habéis vivido un día habéis visto todo lo que hay que ver: un día exactamente igual que todos los demás.
Un sólo día perdido debería causarnos sentimiento.
El día es excesivamente largo para quien no lo sabe apreciar y emplear.
Cada día es una existencia en miniatura.