El ofensor nunca perdona.
Dios provee a cada pájaro con alimento, pero no se lo hecha en el nido.
No todo resbalón significa una caída.
Siéntate en tu puesto y nadie te hará levantar.
Haz todo bien y con rectitud, no importa que el mundo se desmorone.
Tened calma al discutir pues la violencia convierte el error en falta y la verdad en descortesía.
Nunca nos conoceremos hasta que una gran riqueza o una total pobreza se nos presente.