El hombre está muy ocupado rara vez cambia de opinión.
La ausencia de una ocupación no representa un descanso; una mente completamente desocupada es una mente angustiada.
Conviene que todo hombre se ocupe en algo y que su ocupación sea tan honrosa como su índole lo consienta, para que al morir le alabe la conciencia por haber obrado bien.