La idea de que es un deber de todo hombre procurar que otro sea religioso fue el fundamento de cuantas persecuciones religiosas se han perpetrado y, si se admite, las justifica plenamente.
El clero, si no quiere perder su prestigio, su influencia, su responsabilidad, necesita abandonar el campo de la política y consagrarse exclusivamente al servicio del culto.
Cuando los hombres ya no creen en Dios, no es que no crean en nada, es que se lo creen todo.
Los hombres menos religiosos son los que más pelean sobre la religión.
Ya he visto a la iglesia militante; dejad las armas y retiraos a vuestros conventos, pues por ahora no necesito de vuestra ayuda.
El cura católico camina como si el cielo le perteneciese; el pastor protestante como si lo tuviera arrendado.
