La gloria huye de los que la buscan y sigue a los que desprecian, porque aquéllos se acomodan al gusto de sus contemporáneos y éstos lo afrontan.
La gloria de los grandes hombres debe medirse siempre por los medios que han empleado para adquirirla.
No hay quien deje de contar las glorias del héroe muerto, salvo aquellos para quienes el recuerdo tiene un valor de oposición política.