Los hombres inteligentes quieren aprender; los demás, enseñar.
Personalmente siempre estoy dispuesto a aprender, aunque no siempre me gusta que me den lecciones.
Lo que tenemos que aprender lo aprendemos haciendo.
Siempre podemos aprender del hombre eminente, incluso cuando calla.
Todos los hombres que conozco son superiores a mí en algún sentido, aprendo de ellos.
Lo que más se necesita para aprender es un espíritu humilde.
La naturaleza benigna provee de manera que en cualquier parte halles algo que aprender.