Las tres mayores cosas que los hombres ambicionan: el poder, las riquezas y el amor, no se conquistan con talento, sino con audacia y perseverancia.
Nunca emprenderíamos nada si quisiéramos asegurar por anticipado el éxito de nuestra empresa.
En la desgracia conviene tomar algún camino atrevido.
El miedo a los demás hace crecer la audacia.
En la audacia, el talento consiste en saber hasta dónde se puede llegar demasiado lejos.
Dios ayuda a los audaces.
En todo momento los prudentes han prevalecido sobre los audaces.