Con veinte años todos tienen el rostro que Dios les ha dado; con cuarenta, el rostro que les ha dado la vida y con sesenta, el que se merecen.
A menudo se lee el corazón en la frente.
Un rostro humano es una muda recomendación.
El rostro humano siempre fue mi gran paisaje.
La cara no es jamás opaca del todo; el alma se muestra a través de sus muros.
Dueña de rubios cabellos, tan altiva que cree que bastan los vellos para que un amante viva presa en ellos.
Mantén tu rostro al sol y así no verás sombras.