Bendito el primer dulce afán que sentí de estar junto al amor y el arco y la saeta que me hirieron.
Cada cual tiene la suerte que le marca su destino.
Cada uno, desde que nace, tiene escrita su suerte en este mundo.
Los grandes errores pertenecen al gran entendimiento.
Una muerte ejemplar, honra toda la vida.
Los libros llevaron a algunos a la sabiduría y a otros a la locura.
Aquellos dos bellos ojos mucho más claros que el sol, ¿quién pensó jamás verlos tornarse tierra oscura?
La buena carrera salva la vida todavía.
A menudo se lee el corazón en la frente.
Seguid a los menos y no al vulgo.