Tengamos fe en que el derecho hace la fuerza.
¿De qué te vale ser más fuerte, / si no sabes ser mejor?
Es lícito repeler la fuerza con la fuerza.
Hay en el espíritu humano muchas fuerzas que permanecen latentes hasta que la ocasión las despierta y aviva.
Sé fuerte para tener derecho a ser pacífico.
Ceder a la fuerza es un acto de necesidad, no de voluntad.
La fuerza es confianza por naturaleza. No existe un signo más patente de debilidad que desconfiar instintivamente de todo y de todos.