Fama y tranquilidad son dos cosas opuestas.
Un favor bien retribuido es tan maravilloso como el honor, para el que lo confiere y el que lo recibe.
La lectura es a la inteligencia, lo que el ejercicio es al cuerpo.
Un hombre no puede tener en otro individuo una idea de la perfección si nunca la sintió en sí mismo.
Según se dice, siempre estamos haciendo alguna cosa para la posteridad; a mí me satisfaría ver cómo la posteridad hace algo por nosotros.