No hay hombre tan sabio que no tenga necesidad de consejo ajeno.
Si la mujer no se corrige por lo que le dicen, nunca se enmendará por lo que le amenacen.
El que se corrige por lo que le dicen, no se enmendará por lo que lo amenacen.
Los que se enamoran muy aprisa; suelen aborrecerse muy despacio.
Nadie confíe en los halagos de la prosperidad, porque es estilo de la fortuna quitar hoy lo que dio ayer.
Al hombre que hace todo lo que puede no debemos decirle que no hace todo lo que debe.
No hay mayor tentación que no ser tentado.