¿Para qué fatigarse buscando soluciones, cuando la certeza de encontrarlas es ya un placer delicioso?
Cuando males desesperados demandan tomar una resolución rápida, la desconfianza es cobardía y la prudencia locura.
No es cobardía pesar las decisiones y vacilar cuando se trata de una resolución azarosa y más expuesta para los demás que para nosotros.
Una solución mediocre pero inmediata, vale muchas veces más que una solución perfecta y tardía.
Busca dentro de ti la solución de todos los problemas, hasta de aquellos que creas más exteriores y materiales. Dentro de ti está siempre el secreto; dentro de ti están todos los secretos.