Ten cuidado con el hombre que nada ambiciona.
El que puede cambiar sus pensamientos puede cambiar su destino.
Quien de buena fe admira el mérito ajeno, no puede dejar de tener alguno.
Nada infunde más ánimos en la adversidad que la meditación de los hechos ejemplares de los grandes hombres.
Del dolor y de la aflicción es de donde la raza humana ha aprendido los secretos de la ciencia, de la filosofía y de la religión.
El ánimo se pierde cuando las cosas nos son adversas; pero es precisamente cuando lo necesitamos.