Sea cual fuera tu natural inclinación, síguela: no te apartes del camino que te marque tu talento. Sé aquello para lo que te ha destinado la naturaleza y tendrás éxito; si te empeñas en ser otra cosa, será mil veces peor que nada.
Las personas a quienes naturalmente nos sentimos poco inclinados, han de ser cabalmente, y con frecuencia, el objeto de nuestra dulzura y caridad.