No intentes ser otra cosa que lo que eres, e intenta serlo a la perfección.
Rebuscar los defectos ajenos es signo de no ocuparse de los propios.
Las personas a quienes naturalmente nos sentimos poco inclinados, han de ser cabalmente, y con frecuencia, el objeto de nuestra dulzura y caridad.
La inquietud es la mayor calamidad que puede alcanzar el alma, salvo el pecado.
El infierno está lleno de buenas voluntades y deseos.
Las moscas no son molestas por su violencia, sino por el número. De igual modo, las grandes ocupaciones no nos turban tanto como las pequeñas, si éstas son numerosas.
Sé paciente con todo el mundo; pero sobre todo contigo mismo.