Los verdaderos triunfos son los que se consiguen sin derramar sangre.
Es la ley de la guerra que los vencedores traten a los vencidos a su antojo.
Las causas justas necesitan para triunfar el apoyo de la fuerza, tanto o más que las injustas.
Si quieres triunfar, se discreto, no seas ostensiblemente demostrativo.
La mejor manera de hacer carrera es trasmitir a los demás la impresión de que ayudarte sería para ellos de gran provecho.
Triunfar tarde no es triunfar, es alcanzar al mismo tiempo la inmortalidad y la muerte.
Todo triunfo está hecho de tres factores: preparación, espera y oportunidad.