Si la cabeza y el corazón se contradijeran, el corazón acabaría diciendo: la pobre cabeza cede siempre, porque es la más prudente.
Por muy lejos que el espíritu vaya, nunca irá más lejos que el corazón.
El corazón tiene razones que la razón ignora.
Cuando el corazón se adelanta al juicio, ahorra al juicio mucho trabajo.
Somos más sociables y nos hacemos estimar más por nuestro corazón que por nuestro talento.
Nuestro corazón tiene la edad de aquellas que ama.
El espíritu busca, pero el corazón es el que muestra.