Siente el pensamiento, piensa el sentimiento.
El que puede cambiar sus pensamientos puede cambiar su destino.
Es ley de nuestra naturaleza que los grandes pensamientos vengan del corazón.
Hay que escuchar a la razón, pero dejar hablar al sentimiento.
El pensamiento no es más que un soplo, pero ese soplo mueve al mundo.
Un empezar de cero/ si lúcido el sombrero/ vuela/ con la cabeza y sus gusanos.
En el hombre no hay de bueno más que sus sentimientos jóvenes y sus pensamientos viejos.