Una mujer se desesperaría si la naturaleza le hubiese hecho tal como la moda le adorna.
La moda es un paradójico fenómeno social: su éxito anuncia ya su caída; su consagración, sus funerales.
Se elogia o se censura la mayoría de las cosas porque está de moda elogiarlas o censurarlas.
Lo que ayer muy bien parezca, mañana es cosa enfadosa.
La moda es aquello merced a lo cual lo fantástico se convierte por un momento en universal.
Hay límites que no deben rebasarse, a pesar de los dictados de la moda, una mujer siempre tiene derecho a someter las exigencias de la moda al tribunal de la decencia.
Las modas son legítimas en las cosas menores. Como el vestido. En el pensamiento y el arte son abominación.