El hombre perdona algunas veces el aborrecimiento, pero jamás el menosprecio.
Tan perjudicial es desdeñar las reglas como ceñirse a ellas con exceso.
No hay riqueza tan segura como un amigo seguro.
Sé lento en adquirir amistades, pero sé constante en retenerlas una vez admitidas.
No puede existir bondad alguna donde no haya conocimiento de ella.
Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
La diligencia en escuchar es el más breve camino hacia la ciencia.