La paciencia que sonríe verdaderamente ante la aflicción, por lo general, se mantiene en pie, camina y aun corre; pero raramente permanece inmóvil.
Aplasta en el disimulo las falsedades de los calumniadores, supera con la paciencia los agravios de los detractores.
Sé paciente con todo el mundo; pero sobre todo contigo mismo.
¡Cuán desgraciados son aquellos que no tienen paciencia! ¿Qué herida se ha curado en un instante?
El hombre que predica paciencia nunca ha conocido el dolor.
A los que tienen paciencia, las pérdidas se les convierten en ganancias, los trabajos en merecimientos y las batallas en coronas.
La paciencia es el mejor remedio para todas las tribulaciones.