Una contrición es más eficaz que mil flagelaciones. No hay cosa peor que reconocer la culpa y llorarla.
Mejor es morir que vivir mal; mejor es no ser que ser infelizmente.
Sin música no puede haber enseñanza alguna perfecta, pues nada hay que carezca de ella.
La oración es propiedad del corazón, no de los labios, que Dios no atiende las palabras de quien ruega sino de quien mira su corazón.
Aplasta en el disimulo las falsedades de los calumniadores, supera con la paciencia los agravios de los detractores.
Perdona para que se te perdone, olvida para que se te olvide.
Siempre hiere Dios a quines prepara para la eterna salvación.