La calidad nunca es un accidente; siempre es el resultado de un esfuerzo de la inteligencia.
La mayor recompensa de nuestro trabajo no es lo que nos pagan por él, sino aquello en lo que nos convierte.
Todas las enfermedades del espíritu que conducen a la más triste ruina derivan principalmente del aislamiento. Son la concentración del hombre sobre sí mismo.