Así hallamos tres motivos principales de discordia en la naturaleza humana: primero, la competencia; segundo, la desconfianza, tercero, la gloria.
La conciencia de un hombre y su juicio, son la misma cosa, al igual que el juicio, la conciencia puede equivocarse.
Los hombres juntan todos los errores de su vida y crean un monstruo al que llaman Destino.
La base de todas las sociedades grandes y duraderas ha consistido, no en la mutua buena voluntad que los hombres se tenían, sino en el recíproco temor.
La vida es un perpetuo movimiento que si no puede progresar en línea recta, se desenvuelve en círculo.