La igualdad en la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro y ninguno tan pobre que se vea necesitado de venderse.
¡A cuántos no hemos visto en estos últimos tiempos, pobres de la noche a la mañana por haberse enriquecido demasiado aprisa!
El hombre que sin excesivos trabajos ha logrado amasar grandes riquezas puede parecer sabio a los ojos del vulgo ignorante.