¡Ay de vosotros, lo que estáis hartos porque tendréis hambre!
¡A cuántos no hemos visto en estos últimos tiempos, pobres de la noche a la mañana por haberse enriquecido demasiado aprisa!
El hombre que sin excesivos trabajos ha logrado amasar grandes riquezas puede parecer sabio a los ojos del vulgo ignorante.
Yo no sé si continuará siendo más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja que un rico en el reino de los cielos; pero un camello cargado de dinero entra por todas partes.