Cuando de una persona se dice que es muy buena, lo mismo que cuando de algo se dice que está muy bueno, ya se sabe de lo que se trata en ambos casos: de comérselo.
Proponerse ser bueno es serlo ya.
Cuando se es fuerte hay que ser bueno.
Acompáñate con buenos y tú lo parecerás.
No es necesario que la bondad se manifieste, sino que se deje ver.
La recompensa de una buena acción es haberla hecho.
Desde que los sabios han comenzado a aparecer, los buenos se han eclipsado.