La generosidad no necesita salario; se paga a sí misma.
Quien da y no dice que ha dado hay muy pocos que hagan eso.
Sólo es feliz aquel que es dadivoso.
Se parecen los individuos a los pueblos, que son tanto más generosos cuanto menos primeras potencias.
La generosidad, siendo liberal por naturaleza, cree que todos lo son también.
El que con daño propio realice una noble acción merece llevar una corona más espléndida que quien haya vencido en mil batallas.
Levanta del suelo la acémila de tu enemigo, si la encuentras caída en el camino.