Los únicos goces puros y sin mezcla de tristeza que le han sido dados sobre la tierra al hombre, son los goces de familia.
En cuestiones de familia, vale más meter la mano bajo la muela de un molino que intevenir en una querella entre sus miembros.
La familia, la casa paterna es como una iglesia natural que raramente niega un consuelo y prepara al espíritu para mayores consuelos.