La inteligencia es una espada de dos filos, de duro acero y brillo cegador. El carácter es la empuñadura, y sin empuñadura no tiene valor alguno.
El carácter es aquello que revela la finalidad moral, poniendo de manifiesta la clase de cosas que un hombre prefiere o evita.
El buen carácter depende en conceder poca importancia a lo que a ti te afecta, y estimar en mucho lo que se refiere a los demás.