La ambición es la llave que abre las puertas a la inquietud, y la acémila que nos trae las contrariedades.
El buen carácter depende en conceder poca importancia a lo que a ti te afecta, y estimar en mucho lo que se refiere a los demás.
Dijo Locmán a su hijo: «Hay tres cosas que solamente se conocen en tres circunstancias, y son: la bondad de carácter en los momentos de cólera; la valentía en la guerra, y la verdadera amistad cuando de ella hay necesidad».