Si no fuésemos orgullosos no nos dolería el orgullo de los demás.
El orgullo de los mediocres consiste en hablar siempre de sí mismos; el orgullo de los grandes hombres es de no hablar nunca de ellos.
El orgullo engendra la necesidad, la necesidad crea los pícaros, los pícaros acaban en la horca, y quien gana es el diablo.