Pedro I de Castilla y Pedro I de Rusia fueron crueles, pero grandes. No todos los crueles pueden decir lo mismo.
El secreto de toda fuerza reside en saber que los demás son más cobardes que nosotros.
El cobarde sólo amenaza cuando está a salvo.
Vuestra crueldad es nuestra gloria.
La crueldad de los felices es horrenda.
Es un hecho que las personas que comen mucha carne son, por regla general, más crueles y feroces que las demás.
Los hombres son crueles, pero el hombre es bueno.