Hay algo que es mucho más escaso de reconocer: la habilidad.
Donde solamente existe habilidad, se encierra de manera necesaria la frivolidad. Decir hábiles es tanto como decir mediocres.
Está permitido ser más hábil en el saber ocultar su habilidad.
Cuando el amor y la habilidad trabajan juntos el resultado es una obra maestra.
Hay que ser zorra para conocer las trampas, y león para hacer huir a los lobos.
Los hombres más hábiles suelen sucumbir en vergonzosos discursos sólo por afán de lucro.
La habilidad mata a la sabiduría; ésta es una de las pocas cosas ciertas y dolorosas.