El celoso pasa la vida buscando un secreto cuyo descubrimiento ha de causar su desdicha.
Siempre son destinadas las venganzas de los celos.
Ni siquiera la prueba de lo absurdo de sus sospechas podrá consolar al celoso, porque los celos son la enfermedad de la imaginación.
El hombre siente celos cuando está enamorado, y la mujer aunque no lo esté.
Los celos nacen siempre con el amor, pero no siempre mueren con él.
Los celos pueden ofender el pudor de una mujer delicada.