Las almas verdaderamente nobles quieren deber sus distinciones al mérito y no al nacimiento.
La única aristocracia posible y respetable es la de las personas decentes.
En la pelea se conoce al soldado, sólo en la victoria se conoce al caballero.
Que en le principio del mundo, el que tuvo más valor se hizo señor.
Si no soy digno de vosotros, hasta la existencia me será odiosa.
La nobleza no se adquiere al nacer, sino en la vida y, con frecuencia, en la muerte.
Sed como el árbol del sándalo, que perfuma hasta el hacha que lo corta.