Las palabras son como las hojas; cuando abundan, poco fruto hay entre ellas.
Los tiempos cambian diariamente y nosotros con ellos; lo que está fuera de nuestra vista, es olvidado y muere.
Constante es nada sino en la inconstancia.
En conjunto, un mal autor merece mejor trato que un mal crítico.
Como son las aves de rapiña, los críticos tienen siempre una inclinación natural a la carroña.
Las diversiones son la felicidad de la gente que no sabe pensar.
No cometer errores en empresas difíciles no cabe en lo humano, pero sí el haberlos vencido.