En el amor y en el placer la voluntad no interviene.
Una de las diferencias específicas entre una pasión amorosa o juego amoroso y una pasión o juego artístico escriba en que, en el amor, las cosas te escogen y en el arte uno las escoge.
A cualquier hora que veamos un Cézanne, resulta que va a sonar el mediodía.
Ni en su origen ni en su fin la obra de arte es un puro acto de espíritu. Tampoco una mera proyección sentimental. Menos aún la simple presencia de la materia. No es nada de eso y, no obstante, es todo eso, y más.
La poesía está instalada en el terreno de las contradicciones.