La fuerza y el engaño son, en la guerra, las dos virtudes cardinales.
Un hombre libre es aquel que, teniendo fuerza y talento para hacer una cosa, no encuentra trabas a su voluntad.
Los que aprueban una opinión particular la llaman opinión; pero los que la desaprueban la llaman herejía.
La risa no es más que la gloria que nace de nuestra superioridad.