La firmeza de carácter se hace estimar aun por el enemigo contra quienes se emplea que no puede menos que aplaudirla aunque parezca que le reprende.
Por desgracia, y es menester confesarlo con tanto sentimiento como franqueza, el desconcierto que se ha experimentado en México en la administración de los fondos públicos, no ha sido en muchos casos por falta de capacidad, sino de probidad.
Basta que no se desespere de la salvación de la patria, para que se trabaje con empeño en procurarla.